lunes, 6 de junio de 2011

HANSEL Y GRETEL

Este cuento está realizado por Rocío Gómez y Lourdes González, para la asignatura de "Desarrollo de la expresión plástica y su didáctica". En la elaboración de este cuento mi compañera y yo hemos dedicado muchísimas horas, nos hemos ido superando, descubierto técnicas nuevas, buscado materiales con texturas táctiles, visuales…en definitiva, así como hemos gozado hemos sufrido por el trabajo tan intenso que hemos llevado a cabo, pues, aunque una vez terminado no parezca para tanto detrás lleva “mucho curro”, pero la satisfacción, al menos para mí y estoy segura que para mi compañera también, ha sido enorme; más que en cualquier trabajo de todos los que llevo hecho en la carrera, pues hemos estado compenetrada, ella para mí, yo para ella, trabajando juntas, sufriendo juntas y riéndonos también juntas.
Los materiales que hemos utilizado son: cartón piedra, telas, lanas, hilos, papel aluminio, papel celofán, virutas de ceras, goma eva, bandejas de corcho de embutidos...

Del cuento original solamente hemos conservado el título, cambiando toda la historia, pues en nuestro cuento no hay bosque, pero sí un gran parque, ni se abandonan niños, pero sí animales, no hay bruja malvada, en su lugar hay un hombre sin escrúpulos que obliga a su hijo a abandonar un pobre cachorrito ¿OS GUSTARÍA SABER MÁS? Pues ahí tenéis la historia.


Había una vez un papá y una mamá que vivían felices con sus dos hijos: Hansel y Gretel, en una pequeña ciudad. Hansel era un chico muy alegre y siempre atendía lo que decían sus padres. A Gretel, su hermanita, le encantaba los animales y disfrutaba cogiendo flores.

Un día mientras los dos hermanos paseaban por un parque muy grande que había en su ciudad, vieron como un niño bajaba corriendo de un coche, dejaba una pequeña caja dentro de una casa que había en el parque, y se alejaba rápidamente en su coche.



Gretel, sin pensárselo dos veces, se acercó a la casita, y con asombro vio asomar de la caja la cabecita de un perrito que parecía muy triste.

Apenada, Gretel lo tomó entre sus brazos, y mientras lo acariciaba el cachorro movía su colita, tímidamente. Los dos hermanos se miraron y pensaron que iban hacer con él.


Hansel y Gretel decidieron volver a su casa y explicar a sus padres lo sucedido, tenían miedo de que les regañaran, lo que tenían claro ambos, es que no lo abandonarían como hizo aquel niño en el parque. Sin embargo nada de eso ocurrió y todos aceptaron la llegada del cachorro.

Pasaron unos días, y la madre recordó a los dos hermanos que iba a comenzar la época de vacaciones, y que Gretel había hecho planes para ir, con su hermano Hansel, a la piscina de unos amigos, para quedarse unos días allí.



Los dos hermanos querían saber por qué ese señor había abandonado al perrito y lo que era peor, por qué había mandado a su hijo a hacer algo tan malo. Su papá y su mama permanecieron en silencio, ellos tampoco lo entendían. Los ojos de su padre se pusieron brillantes mientras buscaba las palabras para explicar algo que no tenía explicación.

-Mirar chicos, hay gente que adquiere todo lo que le gusta. Mientras no le ocasione problemas. En este caso, como veis, éste es un perro muy caro, no tuvieron inconvenientes en gastar dinero para, comprarlo, pero como ahora llegan las vacaciones y, no saben dónde dejarlo, simplemente lo abandonaron.



-Pero ¿por qué utilizó a su hijo?,- insistió Gretel.

-Hija, las personas que tienen el mal adentro de su corazón, no distinguen nada, sólo piensan en su propia comodidad.

-Papá, ¿podernos quedarnos con el perrito? preguntó Hansel.

-¿Y vuestras vacaciones?, preguntó el papá.

-Las pasaremos jugando – dijo Gretel muy emocionada.

Desde el jardín llegaban las risas de los niños y los ladridos del cachorro, que rápidamente perdía la timidez inicial. El padre los observaba tras la ventana sintiendo en su corazón la paz que dan las buenas acciones, aunque no podía dejar de pensar con tristeza, en el niño que fue obligado a abandonar al cachorro. Sin dudas, estaba muy orgulloso al pensar que sus hijos habían cambiado sus vacaciones por una obra de bien.



FIN

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